miércoles, 6 de junio de 2012

Cambiando Cromos


Hoy mismo, en un programa matinal de TV3 (televisió de Catalunya), hablaba el Sr. Rafael Català (qué casualidad!!!), secretario de estado de Infraestructuras, sobre el Corredor Mediterráneo, el Corredor del Cantábrico y el Corredor Central. Aseguraba hasta la saciedad que, para el Gobierno actual, los tres son prioritarios pero, ante la insistencia de la presentadora para que "se mojara" y citase el realmente prioritario para incluirlo en los presupuestos del próximo año, el Sr. Secretario lo ha dejado todo en el aire.


Es imposible, en la actual coyuntura económica (es decir, después de los recortes, del marrón de Bankia y de los futuros cercanos intereses que habrá que pagar por la deuda vendida en estas últimas semanas) que se pueda proyectar y presupuestar una obra tan faraónica como serían los tres corredores a la vez. Vamos, que no se lo cree ni él mismo. Jugamos al despiste y al no decir nada hasta que se demuestre lo contrario.

Estamos cambiando cromos. Entra en el escenario "el juego político". Todas las comunidades autónomas con representación en el Gobierno tienen que "tantear" con el partido político que manda para conseguir "beneficios". Cambiar sus cromos sería, por ejemplo, CiU apoya al PP en alguna reforma sorpresa o decreto a cambio de conseguir dinerito para el Corredor Mediterráneo. Y si no me lo das pataleo y pataleo con el pacto fiscal, pondré a todos los catalanes en contra de Madrid diciendo que nos vamos a volver nacionalistas y que se va a convocar un referéndum para que la población decida si quieren ser independientes o no.

También al contrario tenemos el ejemplo cuando el partido que manda en el Gobierno Central necesita el apoyo de un partido autonómico determinado y lo "chantajea" con alguna necesidad (o lo tienta con algún beneficio o simplemente fomenta pensamientos contrarios a los catalanes para que todos los ciudadanos les tengan manía persecutoria y no les quieran dar ni las gracias) Esto pasó con los famosos "Papeles de Salamanca" en la época de Aznar. Pataleó y pataleó hasta que al final los catalanes cedieron con el Estatuto de Autonomía. Una vez unos cedieron los otros les dieron los papeles (no sin hacer una pequeña obra de teatro en la puerta, por supuesto, para despistar a las masas y que pareciera más un robo que una devolución, mientras que el otro lado de la cama callaba)

Realmente la política es como un gran patio de colegio. Yo te doy y a cambio tú me das. Ningún partido político vota Sí (o se abstiene en una votación, que es casi lo mismo que votar sí) sin que luego reciba algún "premio" a cambio. Y así, queridos niños y niñas, se tratan los asuntos en la democracia, negociando con bienes (y con el pensamiento de los ciudadanos) Nos sirve de consuelo el pensar que, por lo menos, no nos están imponiendo nada en contra de nuestra voluntad (¿o sí?)...


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